Según Forbes El Salvador es uno de los ejemplos más extremos de la recuperación de los bonos gubernamentales más riesgosos del mundo, que en el 2022 fueron sobrevendidos por administradores de fondos que esperaban una ola de impagos. Pero también es una señal de la simpatía de los inversionistas hacia Bukele.
Guerrero antisistema, como lo califica Forbes, rechazó al Fondo Monetario Internacional (FMI) y adoptó el bitcóin como moneda de curso legal, sin importar la reacción de los inversionistas extranjeros.
Pero sus decisiones no han resultado tan descabelladas: la deuda salvadoreña tiene el mejor desempeño en los mercados emergentes en 2023, después del Líbano. Incluso tras un retroceso esta semana, los bonos han rendido un 19%, en comparación con un promedio del 2,3% de otras naciones en desarrollo, según un índice de bonos soberanos de Bloomberg.
Un escenario muy lejano al impago que algunos analistas esperaban por adoptar a bitcoin como moneda de curso legal, una apuesta temeraria contra un sistema financiero que aún ve con reservas al mundo de las criptomonedas. No obstante, habrá que esperar para saber si es un romance efímero el de Bukele y Wall Street o amor verdadero.