
Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, en un movimiento que concede una tregua significativa a Tiktok, firmó una orden ejecutiva para extender formalmente el plazo de la prohibición de la plataforma de videos cortos hasta el 16 de diciembre de 2025.
La medida, anunciada este martes mediante un comunicado de la Casa Blanca, congela cualquier acción legal contra la app durante este nuevo período. Según la orden, el Departamento de Justicia de EE. UU. no tomará ninguna medida para hacer cumplir la controvertida «Ley de Protección de Estadounidenses de Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros» hasta esa fecha.
Esto significa que no se impondrán sanciones contra TikTok, su empresa matriz ByteDance, o cualquier entidad vinculada por actividades como la distribución, el mantenimiento o la actualización de la aplicación durante este lapso. La administración fue incluso más allá, aclarando que, una vez vencido este nuevo plazo, la justicia no podrá tomar represalias por cualquier incumplimiento que haya ocurrido durante este período de gracia.
Este aplazamiento representa un respiro crucial para TikTok, que continúa operando con normalidad en el país mientras busca una solución permanente. La extensión del plazo ofrece más tiempo para que las operaciones en curso, como la potencial adquisición o la reestructuración de su negocio en EE. UU., lleguen a un desenlace.
La industria tecnológica observa de cerca este caso, que sienta un precedente clave para el tratamiento de aplicaciones de origen extranjero en el mercado estadounidense. Por ahora, los usuarios pueden seguir desplazando por sus feeds sin interrupciones.
TikTok es una plataforma de redes sociales propiedad de la empresa china ByteDance. Está especializada en videos cortos, musicales y formatos virales, y se ha convertido en una de las apps más populares del mundo, con cientos de millones de usuarios, especialmente entre el público joven.
¿Por qué esta medida? La raíz del conflicto
La prohibición de TikTok en EE. UU. se debate en un contexto de tensión geopolítica y seguridad nacional.
El argumento central del gobierno estadounidense y de legisladores de ambos partidos es que, al ser propiedad de una empresa china, TikTok está sujeta a las leyes de ese país que podrían obligar a ByteDance a entregar los datos de sus usuarios estadounidenses al gobierno chino. Esto se considera una amenaza potencial a la seguridad nacional y la privacidad de los ciudadanos.
Para resolverlo, se exigía que TikTok se desvinculara por completo de su matriz china (ByteDance). La extensión de Trump hasta 2025 le da a la compañía más tiempo para encontrar una solución que satisfaga al gobierno de EE. UU., como finalizar una venta o una compleja reorganización corporativa que aisle los datos de los usuarios estadounidenses.
